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La rondalla en tiempos de mercadotecnia y globalización

Vivimos en un mundo donde ahora todo es un “commodity”, ya es difícil encontrar un producto único, todos son iguales o similares, y por esto han perdido su valor para el consumidor. En este mundo lleno de información eres percibido igual a tu competencia.

 

Jurgen Klaric

 

Véndele a la mente, no a la gente (2018)

Saludos amigos seguidores de D'Ronda, aprovecho para agradecer a los que nos han seguido en estos 10 años y envío un mensaje de ánimo y paciencia ante este periodo de contingencia del COVID-19.

En el programa especial de Serenata de Mediodía donde celebramos los 10 años de D'Ronda, tuve el placer de conocer en persona a todo el equipo de colaboradores de esta pagina, en especial a Milton con el cual, camino a Puebla, hablé de su polémico artículo Llévelo, llévelo, lleve su concurso. Luis Oidor también publicó un articulo similar Porque muchas rondallas quieren sonar igual y les comparto mi visión de esta situación.

Es innegable que el arte es un reflejo de la humanidad y generalmente representa las aspiraciones, los pensamientos y emociones del hombre en diversas épocas y culturas, como ejemplo vemos que en la edad media, el renacimiento y parte del barroco la mayoría del arte y la cultura era de carácter religioso, porque en esa época todo giraba alrededor de lo sacro y es muy difícil querer comprender el arte de esta etapa de la humanidad sin tener presente esto, al escuchar La Pasión según San Juan de J. S. Bach sin tener presente el Evangelio, se nos escaparían muchos elementos y no entenderíamos el sentido de la obra, ni apreciaríamos su magnitud. Claro que siempre habrá muestras artísticas que rompan con esta regla.

Algo que caracteriza a nuestra época es la globalización y la mercadotecnia generada por Internet, el poder religioso ya no domina, ahora es el poder económico y casi todo gira alrededor del dinero, tenemos una gran saturación de información y todo mundo esta conectado. También, pareciera que todo mundo desea venderte algo, es notable como ahora hay una campaña brutal donde venden cursos para abrir una empresa, en redes sociales, una de las cosas que más abundan son los cursos de autoayuda, de superación, de milagros financieros muy similares entre ellos, irónicamente vemos que esto promueve una búsqueda de hiper-individualidad, pintarse el cabello, tatuajes, destacar o inventarse síndromes, alergias, enfermedades raras, trastornos, una categoría especial, buscar algo para diferenciarse del resto del mundo para ser único, especial y diferente y eso se refleja en el arte.

La saturación de productos provocó que surgiera algo llamado comodity, una empresa lanza un producto, para ello se hace un estudio de mercado y el producto se adapta a la necesidad de los compradores, la tendencia, etc, pero, para asegurar la venta, el producto se lanza similar al de sus competidores, así el margen de error en la venta es mínimo, pues es un producto probado, aunque no puede ser tan obvio (ejemplo, una copia evidente) se debe aparentar innovación, un detalle que parezca que es algo nuevo o distinto aunque no lo sea tanto, por eso es difícil vender o emprender, no hay formula para el éxito, también se debe tener en cuenta la calidad del producto. En fin, la venta exitosa es un fenómeno complejo.

Algunos expertos en mercadotecnia aseguran que el que innova demasiado o el que es muy disruptivo corre el riesgo de tener grandes perdidas, el consejo es “cuando comienzas deja que otro innove, si le va bien cópiale o mejóralo, si le va mal, observa qué hizo mal y mejora esa idea para obtener una ganancia” y ponen dos ejemplos:

  1. El smartphone. El innovador fue Blackberry, pero tuvo perdidas al ser “muy complicado” su uso. Entonces otra compañía mejoró la idea, “todo se resuelve con un botón”, con una mejor campaña publicitaria y entonces el iPhone tiene más ventas y ganancias (conozco pocos que tengan una Blackbeey y muchos con iPhone)
  2. La “innovadora” idea de Coca-Cola de querer cambiar de fórmula después del reto Pepsi fue uno de los desastres financieros más grandes que tuvo la empresa. Otra cosa que afirman es que la innovación funciona en base a una necesidad, nunca funciona por caprichos de meter un sello personal en ningún ámbito, ni siquiera en el artístico.

El fenómeno del comodity explica que no es casualidad que al escuchar la música actual pareciera que escuches lo mismo, loops de secuencia similares que saben los productores que van ser aceptados, temáticas recurrentes, tampoco es casualidad que ahora muchos artistas se acerquen al reggaetón, pues saben que en ese género tendrán un éxito asegurado. También por eso vemos que se lanzan versiones nuevas de canciones que fueron exitosas, con algún detalle distinto, porque a fin de cuentas es un producto ya probado. A veces es difícil encontrar un sello distintivo en la música actual o un cantante que se distinga de los demás. Existe un ejemplo-meme donde ponen las similitudes entre Natalia La Fourcade, Mon Laferte, Carla Morrison, Ximena Sariñana y otras que no recuerdo. Escuchando sus arreglos y el estilo de canto, vemos que ocupan comoditys musicales.

En resumen, la industria musical propicia un medio donde se da prioridad muy notoria a lo comercial sobre lo artístico, dando como resultado que el público no escuche cosas nuevas o que solo escuche cosas que están o estuvieron de moda, por qué las productoras no se arriesgan con cosas nuevas, por qué el público prefiere escuchar cosas conocidas, en fin, un circulo vicioso y complejo donde intervienen muchos elementos.

Cabe recalcar que esto no tiene que ver con la calidad, un comodity no es la llave mágica para el éxito, por que si tu producto no tiene calidad, aunque uses un commodity, fracasarás, aplica en todo ámbito, no solo en el artístico.

Concursos comoditys propician rondallas comoditys

Este fenómeno, esta muy reflejado en las rondallas, existe un aparente estancamiento musical y una saturación de concursos, el concurso se ha vuelto un comodity, difícilmente un concurso cambiará sus reglas radicalmente, se califican las mismas cosas y, en algunos casos, con los mismos porcentajes y eso es por que hasta cierto punto sería algo desacertado hacerlo de otra manera. Imaginen calificar más desenvolvimiento escénico o uniforme que ejecución, o pensemos en un concurso en el que sólo puedas participar con composiciones inéditas, eso provocaría que muchas no asistieran y pondría en aprietos al jurado. ¿Cómo calificar el arreglo de un tema nuevo? ¿Cómo saber si algunos elementos de la canción están bien ejecutados o si la linea melódica está bien en un tema inédito? Además, componer para una rondalla no es cosa fácil y mucho menos rentable; en un evento pagado o hasta en un festival siempre será más exitoso un tema ya posicionado.

Ahora, imaginemos también un concurso con una categoría donde sólo se puedan interpretar canciones de Álvaro Carrillo, posiblemente esto propicie que escuchemos 7 versiones de Sabor a mí, una tras otra o 10 de El andariego con un requinto único especial y diferente, etc. Creo que las ideas muy innovadoras harían que la asistencia disminuya y mientras las rondallas asistan, el organizador no tiene necesidad alguna de innovar radicalmente, por el contrario, si no esta funcionando es mas fácil que recurra a las formulas probadas de los concursos de mayor afluencia que sacarse de la manga cosas nuevas.

El commodity también se aplica a las rondallas participantes, ya que tienen dos opciones: tocar algo auténtico e innovador, no necesariamente extravagante, o asegurar un lugar tocando un tema conocido que por su dificultad llegará a un buen lugar, usando los estilos de rondallas ganadoras, en otras palabras, usar un comodity. Por esta razón creo que en los concursos escucharemos arreglos de temas conocidos con aparentes innovaciones, cambios de ritmo, arreglo de voces, un commodity con una aparente innovación, pero difícilmente veremos que una rondalla en el intermedio meta un arreglo modal o usando otro tipo de escalas y armonías, con un cambio de compás a 5/4 tipo Take Five por que se arriesga a que el jurado argumente que la agrupación se alejó del estilo. Además, no es tan sencillo incorporar este tipo de elementos y menos pensar en usarlo en una serenata, dirían en marketing, mucha inversión, mucho riesgo, poca ganancia.

Retomando el articulo de mi estimado Milton, pregunto, ¿y si entonces el problema de esto radica en que las rondallas ya no deberían enfocarse a ganar un concurso y empezar a ver más allá? Como ya lo hemos mencionado en otros artículos, el solo formar una rondalla para ganar un concurso no es una opción aconsejable, los concursos son como esas minas de oro que ya se agotaron. Personalmente pienso que es muy bueno ir a un concurso, probarse, medirse, competir, tocar para un jurado, conocer lugares, hacer amigos, pero, como ya lo hemos comentado muchas veces, actualmente no es bueno que una rondalla sólo este enfocada a ganar concursos.

Todo indica que de seguir esta tendencia, habrá una etapa donde existan 1 o 2 concursos por semana y si participan en esos concursos mas de 15 rondallas locales y cinco foráneas, o sea 20 en total distribuidos en seis categorías, el organizador lo verá como un éxito. Exagerando esta situación, sería una lastima tener cada semana un nuevo campeón nacional o más y que esos grupos argumenten “somos la rondalla mas ganadora de todos los tiempos, ganamos 30 concursos nacionales, o tenemos el récord de tener 8 campeonatos en un año". Después habrá concursos temáticos locales como Concurso Día de Reyes (entrada al concurso un juguete por elemento, premio una rosca), concursos con temáticas anime-manga (categoría especial cosplay), Concurso Día de Muertos, (premio especial al mejor maquillaje de catrina rondallera), concursos con categorías C y D de un solo tema, un solo día de participación para minimizar gastos y puedan venir más (como un medio maratón). Imaginen un año con 72 campeones nacionales, y varias más con premiaciones especiales (el integrante con mejor sonrisa, la rondalla que a más concursos ha asistido, premio a la rondalla que toque más ritmos en una canción, etc.). Es posible que este declive suene exagerada, pero observen el fenómeno de las carreras-maratones y verán a lo que me refiero.

Hablando ya en serio, la situación del concurso pareciera no avanzar, pero la rondalla puede salvar a la rondalla, como lo dijimos en el programa de Serenata de Mediodía. La rondalla es un producto popular-cultural, desgraciadamente en México la palabra cultura parece sinónimo de algo elitista, pero la rondalla se mueve en ambos ámbitos, puede ser muy popular o competir a nivel coral con otros géneros, siempre y cuando los ejecute bien, por eso promovemos el equilibrio entre concurso y desenvolvimiento en otras áreas, eso sería lo más sano, musicalmente hablando. Entonces, no se trata de modificar el concurso, ni dejar de ir o tratar de ir a todos, la propuesta es darle otro enfoque al rumbo del grupo y ver las cosas con la medida justa, el concurso sólo es eso, una convivencia, una prueba donde te puede ir bien o no, el resultado es subjetivo y desgraciadamente puede resultar muy polémico.

Esta etapa de cuarentena es una oportunidad para replantearse los objetivos, hagan un ejercicio mental donde su rondalla deja de ir un año a concursos, ¿qué pasaría? Si a ustedes les pareciera que el ganar un concurso es lo único que le da sentido a su rondalla o es su actividad principal, entonces si están en un problema de perspectiva. Ya hemos hablado sobre otros enfoques que debería tener el grupo en otros artículos, conciertos a beneficio, videos con participaciones, material experimental (pues el concurso como sea te limita) y una gran lista de opciones.

Cuando te sientes perdido regresa a los orígenes

Un punto importante que pareciera que la mercadotecnia deja a un lado (por que no deja dinero) es la función social de las cosas. La rondalla tiene muchas funciones sociales; no sólo es tocar y competir, es tener amigos, viajar, conocer personas; ese es el éxito. El triunfo no debe enfocarse en cuantos concursos has ganado, cuantos ritmos tocas o cuantas voces manejas, el tiempo le da un justo lugar a las cosas, da igual si en tu historia rondallera eres campeón, segundo lugar o quinto de cinco, si innovaste o cantaste tradicional, hay cosas mas importantes y qué mejor manera que la música te acerque a ellas.

En resumen, este artículo no se trata de juzgar si usar un comodity es bueno o no, si musicalmente es bueno copiar o no, el mundo está en esta etapa y el arte es un reflejo de ello. La música de rondalla no puede escaparse a este fenómeno global, por que está formado por personas y las personas estamos influenciados, queramos o no, lo que cambia es ser consciente de esto y darle otro enfoque a nuestros objetivos y actividades, no dejarnos influenciar y sufrir por que no se es único, especial y diferente. La rondalla puede ser un escape a esta tendencia, al igual que la mayoría de las cosas que hagas te debe dar instantes de felicidad, disfruta el ensayo, disfruta el viaje, disfruta al bajar del escenario. Ahora, en esta etapa de aislamiento, valora el tiempo y el de tus compañeros, la música te debe hacer feliz y ese camino en cada integrante es en verdad único y no puedes usar un comodity para ser auténticamente feliz.

¿Tacos? Dos de hongo con queso por que soy vegano (sí, aquí viene el comodity literario) y agua de sabor, refresco o soda no, por que tengo resistencia a la insulina (aquí viene la hiper-individualidad).

Que les sea leve la cuarentena.

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